viernes, 6 de junio de 2008

Síndrome MIA

Trastornos de mediocridad:
“El Síndrome MIA es la explicación de como un ser perverso puede destruir a otra persona de manera sistemática sin sentir el menor sentimiento de culpa”.

Mediocridad Inoperante Activa.
Abreviadamente, síndrome MIA. Es la variante realmente maligna, de los trastornos de mediocridad, tanto por sus efectos como por sus peligrosas tendencias destructivas e invasivas.
En primer lugar, el individuo afecto de MIA desarrolla fácilmente una gran actividad, inoperante, por supuesto, acompañada de un gran deseo de notoriedad y de control e influencia sobre los demás, que puede revestir de tintes casi mesiánicos.
Cuando se desenvuelve en ambientes académicos, por otra parte muy susceptibles a la infección por MIA, adopta poses de maestro, sin ningún mérito para ello, fenómeno bien descrito por Oliva.El MIA tiende a infiltrar organizaciones complejas, particularmente aquéllas que ya están afectadas por algunas de las formas menores del síndrome.
Fácilmente puede llegar a encapsularse en pequeños grupos o comités que no producen nada, pero que se asignan funciones de 'seguimiento y control' que les permite entorpecer o aniquilar el avance de individuos brillantes y realmente creativos.
El MIA que tiene algún poder en puestos burocráticos tiende a generar grandes cantidades de trabajo innecesario, que activamente impone a los demás, destruyendo así su tiempo, o bien intenta introducir todo tipo de regulaciones y obstáculos destinados a dificultar las actividades realmente creativas.
Por otra parte, el Mediocre Inoperante Activo es particularmente proclive a la envidia, y sufre ante el bien y el progreso ajenos. Mientras que las formas menores presentan simplemente incapacidad para valorar la excelencia, el MIA procura además destruirla por todos los medios a su alcance, desarrollando sofisticados sistemas de persecución y entorpecimiento.
Nunca reconocerá, por ejemplo, los méritos que un individuo brillante realmente reúne para lograr un premio o posición, sino que atribuirá todo éxito ajeno a relaciones con personas influyentes o injusticias del sistema.
De la misma manera, fácilmente callará cualquier información que permita valoraciones positivas sobre otros, mientras que amplificará y esparcirá todo rumor o dato equívoco que invite a la desvaloración y desprestigio de esas mismas personas.

José Luis González de Rivera (Doctor en Medicina, Catedrático en Psiquiatría. Presidente de la Sociedad Española de Psicoterapia)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

En mí trabajo hay una persona que tiene este sindrome. y le molestan todos los antiguos de más de 7 años trabajando es esta institución, tiene prometido que antes de fin de año despide a 6 personas antiguas.

Santos López dijo...

Criatura anónima, tu aseveración es un decir y no decir. Para ese viaje no necesitabas alforja alguna, o matizas o no sirve de nada. Saludos.

Santos

Anónimo dijo...

Buena descripción de una de las peores pesadillas que puede sufrir cualquier empleado de una compañía.
En mi caso particular y lo escribo por si a alguien le puede aportar, viví una situación de acoso por parte de un superior que ahora tras leer tu post, me atrevería a tipificar abiertamente como aquejado por el síndrome MIA.

En mi opinión y en mi caso diré que el caldo de cultivo que permite la existencia de estos personajes, es la desorganización empresarial; empresas en las que no existe posibilidad de promoción, permisivas con la mediocridad, en las que no se evalúa el rendimiento de los empleados o si existe es una pantomima. Esas empresas afectadas por la carcoma, en las que cuando uno ingresa tiene la sensación de haber retrocedido en el tiempo, y que mantiene en plantilla a mandos y directivos totalmente inoperantes, que gozan de un buen nivel de mediocridad.


Describiré alguna de las técnicas empleadas conmigo y otros antiguos compañeros a los que consiguió despedir, por si sirven de ayuda o permiten a posibles afectados, identificar a este tipo de acosadores.


• Aprovecha cualquier reunión privada para desacreditar a sus oponentes que jamás evidentemente están presentes para poder defenderse. En mi caso solía ponerlo en práctica en las comidas, criticando a los no presentes y difundiendo calumnias sobre sus competencias profesionales.

• Manipula la información con pequeños matices que tornan un hecho concreto, claro y demostrable en algo confuso o sujeto a libre interpretación.

• No reconoce nunca el trabajo bien realizado, resultándole altamente molesto cualquier subordinado que demuestre alta competencia en cualquiera de las tareas que se le asigna.

• Son expertos en complicar en exceso cualquier situación con el propósito de minar los esfuerzos de sus acosados. Jamás aportan ni resuelven, se especializan en la confusión, invirtiendo buena parte de su tiempo en desarrollar estrategias altamente improductivas y maquiavélicas.

• Practican la desinformación como norma, pudiendo dar varias versiones distintas aunque ligeramente modificadas, de un mismo hecho, en función de a quien se le vaya a transmitir, generando desacuerdos y mal entendidos. Otra de las técnicas es el filtrado de la información para aplicarla en el contexto que se desee trastornar.

Anónimo dijo...

• Le gusta su posición pero no asumir responsabilidades. Siempre tiene una buena excusa para no asistir a esa reunión en la que se requiere su presencia para dar la cara, habitualmente debido a circustancias que el mismo ha provocado.

• Magnifica los errores de sus acosados con el propósito de hacerles perder credibilidad. En ninguna ocasión reconocerá el talento de sus subordinados a no ser que él pueda aparecer en primera plana de la revista.

• Ausente de autocrítica y empatía. Todo lo mal ejecutado es siempre culpa de terceros.

• Se acerca a sus acosados para obtener información, pero le gusta que el proceso no sea bidireccional es decir recopila pero no aporta. Dicha información será utilizada posteriormente en su contra.

• Es socialmente activo, le gusta relacionarse con sujetos de la compañía que pueden promocionarle y vende una imagen de persona amable e involucrada, incluso puede dar la sensación de que le preocupan asuntos por los que realmente no siente interés alguno. Se trata simplemente de pura fachada.

• Aprovechando su posición articula procesos a espaldas de los afectados por su acoso, utilizando los recursos humanos de la compañía, dando quejas respecto a irreales bajos rendimientos, incompetencias u otras. La caída de los afectados se realiza poco a poco. No surge de un día para otro, es un proceso elaborado que se cocina a fuego lento.

Anónimo dijo...

• Les gusta rodearse de empleados mediocres, incompetentes o inexperimentados, que poco a poco se convierten en su grupo de acólitos incondicionales para obtener beneficios propios, y a los cuales también manipulará a su antojo. A posteriori este grupo de fieles seguidores, bien sea por miedo a represalias u otras participará también en el hundimiento de sus objetivos.

• Suele ser un personaje con un ego muy pronunciado y aquejado de cierto narcisismo. Es muy fácil verle estallar cuando se entera del éxito o promoción de otro empleado.

• Rehúye cualquier enfrentamiento que pueda serle desfavorable. Suele mandar a sus subordinados a lidiar con cuestiones impropias de su rango, y que debería de resolver el, pero elude su responsabilidad porque el potencial conflicto puede serle altamente desfavorable. A posteriori se presentará como mediador de soluciones, e incluso llegará a criticar la aparente falta de habilidad del subordinado al que le asignó la tarea.

• Ausente de ética profesional, moralidad y honestidad, no dudará en llegar a cualquier tipo de acuerdos siempre que pueda sacar tajada. En mi caso mantenía y supongo que a mantiene, a un grupo de empresas que pagaban cuota por ser asignados a proyectos subcontratados. Representando un gran problema, tanto para la compañía como para empleados propios, puesto que dichas empresas en muchos casos no presentan personal cualificado para los trabajos a realizar, "pero tienen que estar".

• Su foco principal es destruir a los sujetos que son objeto de su injustificada ira. Esta obcecación puede ir mas allá del despido, continuando incluso a posteriori, gracias a la utilización de redes sociales que son utilizadas para buscar empleo.

Anónimo dijo...

Los resultados que producen estos individuos en las empresas son nefastos: desmotivación, desequilibrio, bajos rendimientos, insomnio, pasividad, falta de involucración, abandono de la compañía e incluso bajas laborales prolongadas.

Mi consejo para todo aquel que sufra el desgaste que produce una persona de este tipo, es que comience a buscar empleo en otra empresa, porque la actividad de estos personajes jamás cesa, puede permanecer en estado de suspensión durante un tiempo, tras el cual volverán a la carga. El enfrentamiento directo no es una vía y tampoco la escalación del problema, puesto que este tipo de personajes suelen ser maestros del engaño y la manipulación. Habitualmente el inmediato superior de este individuo ya contará con información manipulada filtrada previamente por el acosador que le habrá dado a entender que tiene o está lidiando con un empleado altamente conflictivo o negligente en sus funciones.
La otra alternativa puede ser recopilar pruebas durante todo el tiempo que se pueda y presentar una demanda de acoso laboral, pero puede ser un proceso infructuoso que aumenta más el desgaste ya recibido, y que en muchos casos resultará difícil de demostrar.

Santos López dijo...

Maravillosa aportación, querida/o anónima/o, pero, si te identificas la dignidad de todos, la tuya la primera, sale ganando. Saludos.

Anónimo dijo...

Amigo Santos, el derecho a permanecer anónimo no está relacionado con la dignidad o por decirlo de alguna manera no es un comportamiento indigno.

Estoy seguro de que si retiraras esa misiva o coletilla que figura tras el cuadro de introducción de texto, obtendrías muchas mas aportaciones, colaboraciones y debates.

Un saludo y suerte con tu blog.

Un saludo

Santos López dijo...

Enfócalo como desees, pero, dime tus razones para ser anónimo. Las mías para rechazarlo las he expuesto por activa y por pasiva, y creo que, por el modo en que me hablas, las sabes perfectamente. Saludos.