domingo, 29 de marzo de 2009

¿70 años?

"En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado".
Burgos, 1º de abril de 1939, año de la victoria.
Fdo. El Generalísimo Francisco Franco Bahamonde

Estas palabras, firmadas por un genocida, por el mayor sanguinario de la reciente historia de España, han sido asumidas con una naturalidad insultante, denigrante. El asesino en cuestión, asestó un golpe mortal a todo un país, generó la más grande espiral de odio que jamás haya conocido el pueblo español. Mató a miles de seres humanos, persiguió a millones, truncó el futuro en libertad de un pueblo. Con el devenir de los años, con su muerte y posterior llegada de un régimen de libertades políticas, que no de libertad, se ha llegado incluso a promulgar una ley llamada "Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica", pues bien, ni con esa ley en la mano, el envenenado texto que encabeza este escrito, firmado por el asesino, ha dejado de ser considerado, por todos los estamentos oficiales, como el texto, y día, que marcan el final de lo que se dio en llamar "Guerra Civil Española".
No es preciso echar mano de ley alguna para recordar hasta qué momento, el asesino, continuó ejerciendo de verdugo. El dio el pistoletazo de salida y, de existir un final a aquella pesadilla, sería el día en que otros no menos sanguinarios que él decidieron que su vida había llegado a su fin.

Santos López Giménez
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Como homenaje a tantos y tantos que han sufrido en sus carnes la saña de éste y otros genocidas, vaya el bello poema "Hombre preso que mira a su hijo" de Mario Benedetti, al que Pablo Milanés puso música y voz, que un buen amigo me hiciese llegar días pasados, de lo cual estoy muy agradecido.

sábado, 28 de marzo de 2009

Confusión

Desde muy jóvenes nos inculcan, nos impregnan, de una coletilla que nos hace inmunes a cualquier atisbo que implique sentimiento de culpabilidad. ¿Culpables de qué?, se trata de competir para sobrevivir, a eso nos enseñan desde la cuna. En el fondo, obedecemos a unas pautas de comportamiento animal perfectamente diseñadas por la evolución biológica; de ahí que, aquello que denominamos "el sistema", cuando no somos capaces de focalizar responsabilidades ajenas, menos aún las propias, haya asimilado con absoluta naturalidad, nunca mejor dicho, un fenómeno evolutivo que le viene como anillo al dedo para justificar sus injustificables desmesuras y desmanes.
En este punto, he de reconocer mi confusión.
Que viene de lejos: es cierto; que sus efectos son imperceptibles hasta que se te viene encima de golpe: así parece; que demasiados profetas sacan pecho ahora porque ven cumplidos sus peores vaticinios: sin duda; que el vértigo de lo dura que se intuye la caída nos paraliza: no anda muy lejos la clave. El miedo es libre, qué duda cabe, pero el miedo apocalíptico, aquel que no proviene de la telebasura sino de la constatación diaria de lo que le sucede al vecino, de libre tiene poco. Sin embargo, todo son retazos de nuestro enriquecido mundo, sólo desde él se pueden generar sensaciones como las descritas, nuestro miedo no es un miedo a la nada, nos tememos los unos a los otros en este sálvese quien pueda. Desaforados, yo el primero, hacemos llamamientos a las movilizaciones, sin saber contra quién ni con qué compañeros de viaje. Y como el miedo aterrador que nos ocupa no deja margen a la inteligencia, cometemos la torpeza de apelar a la miseria del tercer mundo para defender nuestros privilegios. Aún así, voy a permitirme la insolencia de proclamar que es preciso salir, movilizarse, elevar la voz; mis entendederas no dan para mucho, lo justo para intuir que si ni eso hacemos, con crisis o sin crisis, el futuro seguirá en manos de los mismos desvergonzados.

Santos López Giménez

martes, 24 de marzo de 2009

Celebrar la vida

Entre los malos hábitos que uno atesora, variados y poco originales, uno me preocupa especialmente: olvido, con extrema facilidad, los cumpleaños de mis seres queridos. Por ello, hoy, recién estrenada la primavera, quiero celebrar, con todos vosotros, la vida. Va por vosotros:

"Claros del bosque" ( María Zambrano, 1977 )


martes, 17 de marzo de 2009

18 de marzo de 2009: no con mi presencia

Cuando las calles de Murcia se inundaron de ciudadanos que protestábamos contra la inminente masacre, que tendría lugar en Irak, no os recuerdo por allí.

Cada vez que la plataforma ciudadana “Murcia no se vende” ha convocado manifestaciones, o concentraciones, para protestar contra la desaforada fiebre urbanística que, durante más de tres lustros, ha venido asolando nuestro espacio físico, y que a día de hoy nos tiene sumidos en la peor ruina moral y económica de nuestra historia reciente, tampoco os reconocí entre los concentrados ni manifestantes.

En las sucesivas concentraciones en defensa de la Enseñanza Pública, contra el desvío presupuestario, del erario público, en favor de la Enseñanza privada, cuya sangría se sigue ejecutando, ni una sola vez tuvisteis a bien aparecer por allí.

Ante los llamamientos de Pobreza Cero para salir a la calle y protestar contra la enorme injusticia que supone el derroche de un primer mundo avaricioso, frente a las carencias infinitas del tercer mundo que se desangra y muere de inanición, jamás os habéis dignado en elevar vuestra voz…

Y ahora, hoy, ¿me pedís que asista a una manifestación para protestar contra una Región vecina, con el argumento de que su Estatuto de Autonomía nos quitará el agua a los ciudadanos de esta región?, pero cómo podéis ser tan falsos; cómo se pueden dejar manipular organizaciones políticas cuyo gran patrimonio siempre fue la defensa del raciocinio frente al instrumentalismo propagandístico. No señores, jamás seré cómplice de especuladores sin escrúpulos cuyo único mérito es haberse enriquecido bajo el beneplácito de toda una región que les lleva en volandas, elección tras elección, sin percatarse del engaño que encierran. Pero qué cara más dura, qué campaña más sucia para convocar a esa esperpéntica manifestación han venido utilizando, voceaban que el Estatuto de Castilla la Mancha nos dejará sin agua para beber ni para regar…, ¡ni hartos de vino os creéis eso!, pero qué fácil es generar odios entre ciudadanos, ¿verdad?, con qué “limpieza” podéis lanzar esas infames proclamas sin que se os caiga la cara de vergüenza, ¿verdad?.

No os preocupéis, mañana seréis multitud, las calles de Murcia estarán más llenas que nunca, las batallitas que yo contaba al principio no serán sino meras briznas en el anecdotario de las manifestaciones que Murcia ha llevado a cabo a lo largo de su historia. Os lo habéis currado, vuestro engaño sigue siendo válido, vuestros patrimonios no se tambalearán, ni vuestras cuitas con la Justicia se verán en peligro; una vez más, y van demasiadas, saldréis reforzados de esta nueva patraña.

Santos López Giménez

domingo, 15 de marzo de 2009

Moriscos, la historia incómoda

Cuando en alguna ocasión han salido a colación los ocho siglos de Al Ándalus, Ahmed, con un gesto de complaciente contrariedad, saca su mejor sonrisa y, entre su entrecortado español, gesticula preguntándose el por qué de aquel final.

No creo que lo que Goytisolo expone hoy en El País le haga mucha gracia a Ahmed, pero, sin duda, agradecerá tener la posibilidad de desentrañar algunas de esas claves miserables que la Historia nos esconde.

Sea como fuere, y supuesto que a mi amigo le gusta entrar a veces para ver que escribo en el blog, sé que me tocará hacer de intérprete de Goytisolo para explicarle de qué va esto que hoy nos deja en El País:

JUAN GOYTISOLO 15/03/2009

A Francisco Márquez Villanueva

La España oficial y académica evita abordar el cuarto centenario de uno de los hechos más ominosos de nuestra historia: la expulsión en 1609 de cientos de miles de compatriotas de antecedentes musulmanes

"Esclavitud, exterminio, castración o destierro eran las alternativas estudiadas para los moriscos"
"Con el personaje de Ricote, Cervantes dio voz a la España que pedía libertad de conciencia"

En el pasado de todos los países alternan los episodios embarazosos y los que son motivo de patriótica exaltación. El cuarto centenario de la expulsión de los moriscos en el reinado de Felipe III se incluye, como es obvio, entre los mencionados en primer lugar. Fuera de la fundación El Legado Andalusí y de los historiadores convocados por éste el próximo mes de mayo, la España oficial y académica se ha encastillado en un precavido silencio que revela su manifiesta incomodidad.
Lo acaecido de 1609 a 1614 es desde luego poco glorioso y constituye el primer precedente europeo de las limpiezas étnicas más o menos sangrientas del pasado siglo. Las medidas "profilácticas" recetadas por el duque de Lerma con el apoyo decisivo de la jerarquía eclesiástica encabezada por el patriarca Ribera, fueron objeto de un largo, incierto y controvertido debate político-religioso cuyas etapas, aunque sea a vuela pluma, conviene recordar: 1499, conversión forzosa de los granadinos por el cardenal Cisneros; 1501-02, pragmática del mismo dando a elegir a los musulmanes del reino de Castilla entre el exilio y la conversión: los mudéjares del Medioevo pasaron a ser así, pura, y simplemente, moriscos; 1516, se les fuerza a abandonar su vestimenta y costumbres, aunque la medida queda en suspenso por espacio de diez años; 1525-26, conversión por edicto de los de Aragón y Valencia; 1562, una junta compuesta de eclesiásticos, juristas y miembros del Santo Oficio prohíbe a los granadinos el uso de la lengua árabe; 1569-70, rebelión de la Alpujarra y guerras de Granada... A partir del aplastamiento de los moriscos y de la ejecución de Aben Humeya, la política de Felipe II consistió en dispersar a los granadinos y en reasentarlos en Castilla, Murcia y Extremadura, lejos de las costas meridionales y de las posibles incursiones turcas.
Tantas vacilaciones y cambios de rumbo reflejaban las contradicciones existentes entre una jerarquía eclesiástica muy poco respetuosa de la ética universal cristiana y los intereses de una parte de la nobleza peninsular, para la que la expulsión de quienes trabajaban sus tierras significaba la ruina de la agricultura. Como sabemos por la historiografía desde fines del siglo XIX, la cruzada político-religiosa fue objeto entre bastidores de una áspera controversia. Mientras algunos se oponían a la expulsión y predicaban el catecumenado y la asimilación gradual, los elementos más duros del episcopado se decantaban por propuestas más contundentes: la esclavitud, el exterminio colectivo o la castración de todos los, varones y su deportación a la isla de los Bacalaos, esto es, a Terranova. Al destierro a la más cercana orilla africana, sostenido por la mayoría de los miembros del Consejo de Estado, un santo obispo opuso una argumentación impecable: puesto que el llegar a Argel o a Marruecos, los moriscos renegarían de la fe cristiana, lo más caritativo sería embarcarles en naves desfondadas a fin de que naufragaran durante el trayecto y salvaran sus almas.
En el debate que enfrentó durante décadas a -perdóneseme el anacronismo- palomas y halcones, éstos contaron con la pluma elocuente de propagandistas como fray Jaime de Bleda, González de Cellorigo, fray Marcos de Guadalajara y, sobre todo, de Pedro Aznar de Cardona, para quien la expulsión cerraba definitivamente el largo e ignominioso paréntesis abierto por la invasión de 711: la católica España lo sería, por obra de Lerma y del Tercer Filipo, sin excepción alguna. Junto a los alegatos de índole religiosa, se esgrimían otros de orden demográfico: el peligro que suponía el gran crecimiento de la población morisca en abrupto contraste con el estancamiento o caída del de los cristianos viejos en razón del celibato eclesiástico, la enclaustración femenina en los conventos, las guerras de Flandes y la emigración a América. Dicha argumentación, resucitada hoy por los ultras de la identidad europea, fue irónicamente resumida por el Berganza cervantino en el Coloquio de los perros.
El problema morisco y la terapéutica radical del mismo han sido objeto de numerosos y bien documentados estudios en el último medio siglo por historiadores tan diversos como Américo Castro, Domínguez Ortiz, Julio Caro Baroja, Mercedes García-Arenal, Bernard Vincent, Louis Cardaillac, Márquez Villanueva y un largo etcétera. Gracias a ellos, conocemos las reflexiones que hoy denominaríamos cívicas de quienes se opusieron al bando de expulsión de hace cuatro siglos. Muy significativamente, la mayoría de ellos formaba parte de la, no por desdibujada menos visible, comunidad de cristianos nuevos de origen judío, cuya defensa de la asimilación de los moriscos era asimismo un alegato pro domo, en la medida en que contradecía e impugnaba los muy poco cristianos estatutos de limpieza de sangre. La reivindicación del comercio, del trabajo y del mérito frente a la "negra honra" de los cristianos viejos, apuntaba al objetivo de detener la ya perceptible decadencia española y las largas "vacaciones históricas" que se prolongarían por espacio de dos siglos, hasta las Cortes de Cádiz, pese a las políticas más sensatas de Olivares y de los ministros ilustrados del XVIII. González de Cellorigo, cuyo memorial dirigido al monarca -De la política necesaria y útil restauración de la república de España- condensa en el título su contenido regeneracionista, y la excelente Historia de la rebelión y castigo de los moriscos, de Luis de Mármol y Carvajal -evocadora de una tragedia humana que hubiera podido evitarse con planteamientos más pragmáticos-, se ajustan a la corriente del pensamiento erasmista al que se adscribían los partidarios de una modernización de la ensimismada sociedad hispana.
En una obra de próxima publicación y que acabo de leer por gentileza de su autor -Moros, moriscos y turcos en Cervantes-, Francisco Márquez Villanueva analiza con su habitual competencia los escritos, en su mayoría inéditos, del humanista Pedro de Valencia, discípulo y testamentario del hebraísta Benito Arias Montano. Su Tratado acerca de los moriscos de España, desconocido hasta su publicación en 1979, y que no llegó a mis manos sino en fecha reciente, quizá sea, visto con la perspectiva del tiempo, la defensa mejor razonada de la causa de los expulsos. Judeoconverso, como Arias Montano, y enemigo de la escolástica y de la ideología tridentina, denuncia con energía "el agravio que se les hace (a los moriscos) en privarlos de sus tierras y en no tratarlos con igualdad de honra y estimación con los demás ciudadanos y naturales". Como fray Luis de León (recuérdese lo "de generaciones de afrenta que nunca se acaba"), Pedro de Valencia se alza contra los estatutos del cardenal Siliceo y propugna una política de matrimonios mixtos de moriscos y cristianos viejos para "persuadir a los ciudadanos de la república, que todos son hermanos de un linaje y de una sangre".
El espectáculo de decenas de millares de mujeres y hombres bautizados a quienes se separaba de sus hijos mientras imploraban misericordia a Dios y al rey y proclamaban en vano su voluntad de permanecer en su patria, resultaba para algunos cristianos sinceros difícil de soportar. Las condiciones brutales de la expulsión y las matanzas llevadas a cabo de quienes huían de ella fueron acogidas con tristeza y compasión por una minoría pensante, y con clamores de odio y con vítores por aquellos que, como Gaspar de Aguilar, las convirtieron en cantares de gesta.
La mayoría de los moriscos se refugiaron, con muy diversa fortuna, en el Magreb, y los naturales de Hornachos crearon en Marruecos la llamada república de Salé, con la esperanza ilusoria de congraciarse con el rey y retornar algún día a España. Los del Valle de Ricote fueron autorizados a emigrar voluntariamente durante un lapso de cuatro años por la frontera francesa y a dirigir sus pasos a otros países europeos. Aunque totalmente asimilados, el favorito de Felipe III firmó, sin que le temblara el pulso, su orden de destierro colectivo en 1614. El episodio del morisco Ricote -el encuentro con su paisano Sancho Panza- en la Segunda Parte del Quijote, permitió a Cervantes, maestro en el arte de la astucia, recoger la voz de quienes fueron víctimas, de tan salvaje atropello.
"Salí -dice el morisco- de nuestro pueblo, entré en Francia y aunque allí nos hacían buen acogimiento, quise verlo todo. Pasé a Italia y llegué a Alemania y allí me pareció que se podía vivir con más libertad, porque sus habitadores no miran en muchas delicadezas: cada uno vive como quiere, porque en la mayor parte de ella se vive con libertad de conciencia".
¡Libertad de conciencia! De refilón, y como quien no quiere la cosa, el autor del Quijote pone el dedo en la llaga. Los despiertos centinelas del Santo Oficio eran todo oídos pero a buen relector sobran más palabras.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Moriscos/historia/incomoda/elpepuopi/20090315elpepiopi_14/Tes

Juan Goytisolo es escritor.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Pilar Manjón o la dignidad de una madre, de una ciudadana

ENTREVISTA: Quinto aniversario del 11-M PILAR MANJÓN Presidenta de 11-M Afectados por el Terrorismo

"Hay víctimas que no tienen ni para comer"
PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL - Madrid - 11/03/2009

La disposición de Pilar Manjón para los medios estos días no es infinita. Se acaba, por ejemplo, cuando el fotógrafo le pide que se quite el reloj para un retrato. "No. Lo siento. Es el reloj de mi hijo". Daniel Paz Manjón tenía 20 años cuando murió asesinado, junto a otras 190 personas, en los atentados del 11 de marzo de 2004. Desde entonces, Pilar Manjón (Cáceres, 50 años) es la voz oficial de aquellas víctimas como presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo. Éste es el primer aniversario de la masacre en el que hay culpables en la cárcel. Aunque no los suficientes, en su opinión. Está convencida de que los jueces españoles "no entienden el fenómeno yihadista" y eso les impide aplicar la ley con efectividad. También es el primer 11-M sin actos gubernamentales de homenaje, lo que amarga, más si cabe, la fecha de hoy.
"Se han olvidado de nosotros. Después de cinco años ya no interesamos"

Pregunta. Nunca se ha hecho una foto sin vestir de negro.

Respuesta. Éste es un color que me va bien. Me lo puse el día que me entregaron el cajón con los restos de mi hijo. Y desde entonces. Mi corazón tiene este color. Yo eduqué a mis hijos en que las promesas se cumplen. Daniel no querría que yo incumpliera una promesa. Es una tontería. Pero es un pacto entre mi hijo y yo.

P. ¿Cambia en algo este año?

R. Cambian cosas. Por ejemplo, hay periódicos que hacen entrevistas con asesinos. Antes eran sólo imputados y nos contaban la guerra civil si les pagaban, ahora son asesinos. Cambia que las víctimas están peor. Las secuelas empeoran. Las pérdidas auditivas se han hecho permanentes hasta el punto de que estamos haciendo un curso de lenguaje de signos. Laurita [Laura Vega] sigue en coma... Es muy reiterativo. Lo único que cambia es que no hay fotos de ocasión. Hemos pasado a un segundo plano. Me imagino que después de cinco años de tirarse nuestros muertos a los pies unos a otros han llegado a una entente cordial. Ahora ya no interesamos. Todos han tenido quehaceres propios de su cargo y se les ha olvidado. Bueno, haremos los actos nosotros y los que siempre han estado con nosotros, los sindicatos.

P. Con el caso juzgado, ¿qué mensaje tienen ahora las víctimas?

R. Tenemos varios. A la sociedad le seguimos dando las gracias por cómo se comportó. Por los abrazos y los besos. Al legislativo hay que pedirle que cambie la legislación. Hay que crear una fiscalía de terrorismo yihadista igual que para ETA. También que los delitos de terrorismo no prescriban. Y que se creen como figuras penales el adoctrinamiento y el reclutamiento, que no están tipificados. Al judicial, que no se pueden cometer errores garrafales dejando libre y sin juzgar a El Egipcio. Y al Ejecutivo, que no se olvide de las víctimas, que hemos sido tan denostadas. Hemos tenido que oír los mayores insultos, injurias y amenazas.

P. ¿Todo eso sigue aún?

R. Por supuesto. Se ha incrementado con los yihadistas.

P. ¿Reciben amenazas yihadistas creíbles?

R. Sí, con credibilidad. Vamos a dejarlo ahí.

P. Algunas de las víctimas se arruinaron como consecuencia del atentado. ¿Ha mejorado?

R. Hoy ya no es arruinadas, es pisoteadas. Hay gente que no tiene para comer. No tiene para pagarse un camastro alquilado en una casa. Casi todos son inmigrantes. Pero también españoles. Yo firmo cada semana entre 10 y 15 ayudas económicas para comer, aunque no tenemos subvenciones para ese tipo de cosas. Por ejemplo, Jesús, fontanero, con hernias discales por la metralla, no se puede agachar para trabajar. Es un ejemplo como hay mil.

P. ¿Cuál es su vía de ingresos?

R. Concursamos con proyectos a las adjudicaciones de Trabajo y de Interior. Por ejemplo, ahora estamos haciendo una especie de máster para psicólogos para el trato a víctimas de terrorismo, para que nadie pase lo que pasamos nosotros. En Ifema te daban la noticia de que te habían matado un hijo por megafonía. Esa sensación de desamparo yo creo que la tuvieron también las víctimas de Barajas. Nos engañaron. Nadie nos dijo que debajo de nuestros pies había un tanatorio. Se nos debía haber tratado como adultos.

P. ¿Han pasado la página judicial?

R. No. Tenemos siete sumarios abiertos. Uno es parte del principal. Otro, por negligencia en la custodia de explosivos. Al rulo, al dinamita, al nosequé, yo los espero. Yo ya no tengo prisa.

P. ¿Pero le están siguiendo la pista a los absueltos?

R. Claro.

http://www.elpais.com/articulo/portada/victimas/11-M/quejan/olvido/anos/despues/elpepipor/20090311elpepinac_18/Tes/

viernes, 6 de marzo de 2009

A Luis Leante

Estimado Luis:
Ayer escuché por la radio una noticia que, si bien me preocupó en un principio, de inmediato me hizo sonreír. Si Luis, mi sonrisa era de complicidad, de agradecimiento hacia tu persona. En verdad, reconozco no conocer en su totalidad el motivo de tu detención por parte de la policía, escribo sobre la base de la mencionada noticia, aderezada con la interpretación que uno hace de la misma. Interpretación que, a su vez, vuelve a echar mano de la complicidad: tratando de ponerme en situación, ante semejante aberración, no sabe uno si hubiese hecho lo mismo; pero, que duda cabe, es de admirar tu actitud frente a esa fascistoide práctica, puesta de moda, en los últimos tiempos, de ir colocando cámaras a diestro y siniestro, para controlar todos y cada uno de los pasos que damos. Si a eso añadimos que “tus cámaras” son de una inconveniencia atroz, esas que, según la noticia, tú has tenido a bien eliminar, del lugar donde fueron colocadas, para vigilar a jóvenes adolescentes del Centro donde ejerces tu profesión de docente, comprenderás que mi agradecimiento sea infinito. Y lo es, no sólo por el hecho mismo, sino porque, a día de hoy, Luis, personas como tú, con una importante ascendencia social, ganada a pulso, en tu caso, por tu gran quehacer como escritor, no suelen significarse allí donde la sociedad más les necesita. Trataré de recabar más información sobre el asunto, pero, desde ya, espero que la detención no sea mas que una anécdota, y deseo con fervor que la denuncia implícita, que subyace en la sustracción que has llevado a cabo, cale con la profundidad y rotundidad que merece. Recibe un fuerte abrazo solidario de este viejo compañero de promoción, de nuestros años adolescentes, y gran admirador de tu obra.

Santos López Giménez

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Detenido/escritor/Luis/Leante/arrancar/camara/vigilancia/instituto/elpepucul/20090305elpepucul_5/Tes

miércoles, 4 de marzo de 2009

martes, 3 de marzo de 2009

Energía, economía y medio ambiente (II)

Patricio Hernández, presidente del Foro Ciudadano de la Región de Murcia, que nos concedió el honor, a los allí presentes, de moderar la mesa redonda con la que concluían las Jornadas de este fin de semana, de Caralluma, nos hace llegar, a través de la lista de correo del Foro, este interesante, y didáctico, vídeo. Es relativamente largo, pero merece la pena dedicarle los 50 minutos que dura: