miércoles, 24 de junio de 2009

Murcia como relato: una ficción política

El título de esta entrada, corresponde al título con el que el diario La Verdad ha publicado hoy un artículo a Patricio Hernández, presidente del Foro Ciudadano de la Región de Murcia.
En él, Patricio, trata de buscar las claves de la gran paradoja electoral que nos contempla a los ciudadanos de esta región. Nos contempla, a la par que le damos forma: los ciudadanos somos los responsables últimos de semejante panorama.
En realidad, muy poco se podría añadir, si cabe, que las opciones o alternativas están, igualmente, bajo mínimos; la izquierda regional, de existir, a modo de organizaciones sociales con presencia electoral, tiene discursos que, salvo en el cuerpo a cuerpo, difieren poco de la anodina y cansina cantinela de la derecha, esa que no requiere mas que ser papagayos de letanías aletargantes.
Bueno, ya me he extendido demasiado, es Patricio quien, como de costumbre, nos deja una de sus magistrales y elocuentes reflexiones.

Murcia como relato: una ficción política

Es una coincidencia de gran simbolismo. Ese día un Valcárcel especialmente sobrado exhibía su autosuficiencia en el último debate sobre el Estado de la Región frente a una oposición a la que sólo unas semanas antes había infringido la más humillante derrota electoral, la decimoséptima consecutiva desde 1993.

En el debate Valcárcel presumió nuevamente de su buena gestión en los tiempos de bonanza y de la adopción de rápidas y eficaces medidas contra la crisis, frente a la incompetencia del gobierno de Zapatero y su empeño en mantener la discriminación contra Murcia en agua, infraestructuras y financiación, identificados como los grandes problemas de la región.

Hasta poco antes del estallido de la crisis las ideas fuerza de su discurso eran que crecíamos más que los demás y teníamos menos paro; ahora, que su gobierno había sido el primero en reaccionar frente a la crisis. El papel atribuido a Zapatero también se ha modulado: si antes nos castigaba sin poder impedir nuestros éxitos, ahora se insiste en que lastra y frena nuestras capacidades de desarrollo.

Los mismos días del debate el Consejo Económico y Social (CES) de la Región de Murcia hacía pública su Memoria sobre el año 2008. Con el rigor y la independencia que se le reconoce, este órgano consultivo de la Comunidad Autónoma describe un estado de la región que en poco se parece al relato autocelebratorio que el presidente regional estaba haciendo en ese mismo momento.

Así en la memoria se reconoce que nos alejamos de la riqueza media de los españoles ya que “durante los años de bonanza económica la economía murciana no ha podido converger al nivel de desarrollo promedio de España” en términos de PIB o de renta bruta familiar por habitante, y tampoco lo hace en la etapa de recesión. El PIB por habitante en 2008 ha descendido 2,7 puntos en relación al de 2003, ampliándose nuestra desigualdad con la media española en cuatro puntos en un lustro.

Por otra parte nuestra riqueza se reparte cada vez peor y la acción del gobierno es más ineficaz en su redistribución. “Entre 1999 y 2006, la mitad de la población más rica de la Región de Murcia ha aumentado su participación en la renta total en detrimento de la otra mitad.” Así el 20% más rico de la población ha aumentado su participación del 33,5% al 38,4%, mientras el 20% más pobre ha pasado del 10,3% al 7,3%. La proporción entre ambos grupos ha pasado de ser 3,3 a 5,2 veces mayor.

Además "los resultados confirman que el crecimiento económico no garantiza la reducción de las tasas de pobreza” que han permanecido inalteradas a lo largo del periodo 2004- 2007. En promedio, aproximadamente, la tasa de pobreza se ha situado inalterablemente en torno al 25% de la población residente en la Región de Murcia, sin recortar nuestra distancia con la media española (20%).

Una situación semejante encontramos si analizamos con detalle y con la ayuda de otros informes igualmente serios la calidad y resultados de nuestros sistemas educativo y sanitario (ambos competencias regionales), el nivel de nuestros salarios y pensiones, la calidad del empleo, o los principales indicadores medioambientales ( la insostenibilidad que expresan el índice de consumo de agua, de ocupación del territorio o de producción de gases de efecto invernadero), etc., por no hablar de la calidad de nuestro sistema democrático ( con la mayor extensión de la corrupción política de nuestra etapa democrática y una palpable pérdida de pluralidad informativa).

Valcárcel ha anunciado que no va a volver a presentarse como candidato a la presidencia regional. Está pues cerca del final de una larga gestión que alcanzará 16 años en 2011. Ha tenido tiempo suficiente para desarrollar un proyecto político pero ya hemos comprobado que no ha logrado, disponiendo de grandes competencias y recursos, acercar la riqueza de los murcianos a la española, distribuirla mejor o reducir la pobreza, como tampoco ha conseguido aumentar la sostenibilidad ambiental, robustecer la calidad democrática, mejorar los resultados comparados de nuestra educación o de nuestra sanidad, ni aumentar la disponibilidad de agua que en su opinión era el principal problema regional.

Entonces, ¿como es que se va a ir con el mayor apoyo electoral que ha tenido prácticamente ningún otro presidente autonómico?

La respuesta es que tener éxito electoral, incluso de forma abrumadora como ocurre con el PP murciano, no es tener razón y tiene poco que ver con la solución de problemas reales de la gente. Con lo que tiene que ver es con el éxito en la socialización de un relato- repetido, maniqueo, sencillo, fácil de comunicar-, aunque esté en contra de las evidencias materiales o estadísticas, por que en nuestras sociedades mediatizadas la lucha política consiste en esto, en una batalla por imponer una narración que nos procure una determinada interpretación de la realidad y cree una ilusión de sentido, que diría el maestro Carles Egea, y que sólo cederá ante la fuerza mayor de otro relato, diga lo que llamamos realidad lo que diga.

Patricio Hernández
Presidente del Foro Ciudadano de la Región de Murcia
http://www.laverdad.es/murcia/prensa/20090624/opinion/murcia-como-relato-ficcion-20090624.html
http://www.forociudadano.org/

lunes, 15 de junio de 2009

Hacerse lo que se es

"En cuanto a la dignidad precisaré ante todo que por ello entiendo el talante y el comportamiento que dan sentido humano a lo que la vida arroja sobre nosotros. No podemos evitar la agonía, ni la desgracia ni el súbito enriquecimiento, ni tantas cosas buenas o malas, como no podemos evitar situaciones en las que hemos de tomar una decisión entre varias posibles. Pero si podemos afrontar todo eso convirtiendo lo azaroso en algo insertable en nuestra biografía, congruente con lo que somos; casi me atrevo a decir, como si naciese de nosotros lo que nos ha sobrevenido. Hacerlo nuestro desprendiéndolo del azar como algo que "tenía que sucedernos", es hacerlo humano. Para mí eso es la dignidad. Con ella somos casi creadores -incluso aprovechando lo imprevisto- de ese "hacerse lo que se es" en que consiste el vivir".

La reflexión fue hecha por José Luis Sampedro en su libro "La escritura necesaria". Hará unos tres años, tuve la suerte de leerlo. En conjunto, mereció la pena su lectura, pero, sólo el hallazgo de tan hermosa reflexión, hubiese sido suficiente.

Hacerse lo que se es, sabiéndote miembro de una comunidad que en ocasiones reconforta tu alma, pero, las más de las veces te hace sonrojar. Es entonces cuando tu espíritu sucumbe al vacío, cuando los esbozos de valentía dan paso al tenebroso e impertinente miedo. Éste, te acorrala, te indica el camino, te enseña sus cartas, te muestra su maestría en las artes de la Mafia: saca de la manga retratos de tus seres queridos, te los muestra, al tiempo que pretende segar los restos de los sueños y las ilusiones que un día cometiste la osadía de forjar.

Aún así, la reflexión de Sampedro adquiere su máxima vigencia, porque tus sueños, tus ilusiones, no están sometidos a las estructuras mafiosas de sinvergüenzas sin escrúpulos; tus sueños, tus ilusiones, hace tiempo que los ubicaste allí donde semejantes garras jamás podrán acceder. No dudo de que, prestas y dispuestas, esas afiladas garras, habilitadas garras, tratarán de eliminar los vestigios de su presencia. Ahí te encontrarán, ahí seguirás haciéndote lo que eres, ahí, la defensa de la dignidad de muchos seguirá siendo la defensa de tu dignidad.

Santos López Giménez