domingo, 20 de diciembre de 2009

Crónica de un despropósito

"En el estanque de un jardín crece un nenúfar cuyo follaje dobla su tamaño diariamente. En 30 días, el nenúfar cubrirá toda la superficie y sofocará la vida en el agua. Cuando han transcurrido 29 días, nadie piensa aún en recortar las hojas, puesto que queda la mitad del estanque libre. Al día siguiente, el nenúfar ocupa todo el estanque y todo lo vivo se extingue..."

De la conferencia de Río, denominada oficialmente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, pero más conocida como la “Cumbre de la Tierra”, celebrada en junio de 1992, resultó el primer acuerdo internacional para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero: la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

En esa misma primavera, la del 92, Alexander King y Bertrand Schneider sacaban a la luz el libro titulado "La primera revolución global", se trataba de un informe encargado por el Club de Roma, donde se ponían de manifiesto los problemas que aquejaban a nuestro planeta: la explosión demográfica, el problema de los recursos alimentarios, la destrucción del medio natural, las nuevas enfermedades que asolaban a nuestra población, entre otros variados aspectos; pero, además, y como no podía ser de otro modo, mención especial merecía el calentamiento global del planeta.

En la contraportada del mencionado informe, aparece reflejado el párrafo con el que he abierto esta entrada.

Se acaba de escenificar, en Copenhague, una farsa que entierra (si, como parece, nadie lo remedia) el espíritu de la conferencia de Río. De poco nos vale que la dignidad ejemplar de los países pobres sea lo más destacable de tamaña afrenta planetaria, afrenta encabezada por el premio nobel de la Paz.

Sería deseable que el nenúfar del estanque Tierra no se hayase en su día 29, pero, quienes debían recortar las hojas, para dar un respiro a la Tierra, a la Humanidad, han decidido, en Copenhague, dejar hacer al nenúfar.

Santos López Giménez

jueves, 17 de diciembre de 2009

Carta de Saramago a Aminatu Haidar

22 de Noviembre de 2009
Querida Aminatu Haidar,
Si estuviera en Lanzarote, estaría contigo.
Y no porque sea también un militante separatista, como te ha definido el embajador de Marruecos, sino precisamente por todo lo contrario: creo que el planeta es de todos y todos tenemos derecho a nuestro espacio para poder vivir en armonía. Creo que los separatistas son los que separan a las personas de su tierra, la expulsan, tratan de desarraigarla para que, siendo algo distinto a lo que son, unos alcancen más poder y los otros pierdan su propia estima y acaben siendo engullidos por la sinrazón.

Marruecos con El Sahara incumple todas las normas de buena conducta. Despreciar a los saharauis es la demostración de que la Carta de los Derechos Humanos no se ha instalado en la sociedad marroquí, que no protesta con lo que se le hace al vecino, y es, sobre todo, la evidencia de que Marruecos no se respeta a sí mismo: quien está seguro de su pasado no necesita expropiar al de al lado para expresar una grandeza que nadie nunca reconocerá. Porque si el poder de Marruecos acaba doblegando a los saharauis, ese país, admirable por otras cosas, habrá obtenido la más triste victoria, una victoria sin honor, sin brillo, levantada sobre la vida y los sueños de tanta gente que quería vivir en paz en su tierra y con sus vecinos para, todos juntos, hacer del continente un lugar más habitable.
Querida Aminatu Haidar,
Has dado un ejemplo valioso que en todo en mundo se reconoce. No pongas en riesgo tu vida porque te quedan por delante muchas batallas y eres necesaria. Tus amigos, los amigos de tu pueblo, tomaremos el relevo en los foros que sean necesarios.
Al Gobierno de España le pedimos sensibilidad. Contigo, con tu gente. Ya sabemos que las relaciones internacionales son muy complejas, pero hace muchos años que se abolió la esclavitud para las personas y para los pueblos. No se trata de humanitarismo: las resoluciones de Naciones Unidas, el Derecho Internacional y el sentido común están de un lado, y en Marruecos y en España se sabe.
Dejemos que Aminatu regrese a casa con el reconocimiento de su valor, a las claras, porque son personas como ella quienes dan personalidad a nuestro tiempo, y sin Aminatu todos seríamos más pobres.

Aminatu no tiene un problema, lo tiene Marruecos. Y puede resolverlo, tendrá que resolverlo y no solo para una mujer frágil, sino para todo un pueblo que no se rinde porque no puede entender ni la irracionalidad ni la voracidad expansionista, propia de otros tiempos y de otro grado de civilización.
Un abrazo muy fuerte, querida Aminatu Haidar.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

La Izquierda en Cehegín: un comentario.

A raíz de colgar "La Izquierda en Cehegín"(http://docs.google.com/fileview?id=0BxIGiD4bTnVQMTdmZTQyNjUtYTBhZi00N2I3LTkwZDUtMTg1ODBmZjMzMzUx&hl=en) en Tal día como hoy, he recibido un comentario de una persona joven que me ha parecido muy interesante. Con el permiso de esta persona, paso a transcribir sus palabras, no sin antes agradecerle su deferencia para con la transcripción del mismo:


Muy bonita la imagen, y también la película! He leído tu artículo del año 2002, circunstancias muy lejanas aquellas, y aunque voy justica de tiempo me gustaría responderte. Primero presentarme: me llamo Patricia y nací en Cehegín en 1985; actualmente vivo en Barcelona y me encuentro ya algo distanciada (con toda la pena del mundo) de las dinámicas políticas de Cehegín. Por decirlo de algún modo, yo he sido "educada" en la escuela de Izquierda Unida de Cehegín, en la escuela de la Unión de Juventudes Comunistas, y especialmente en Andalucía, dónde tuve la fortuna de recorrer recónditos pueblos como secretaria de lucha contra el patriarcado. Ahora milito en el PSUC en mi barrio, el baix guinardó, hago teatro "contra Goliat", participo en el moviminto anti-Bolonia... Y probablemente, nunca haya hablado de nada de esto con nadie de Cehegín, a excepción de mis compañeros/as de IU. Por lo tanto, soy lo que se puede decir una persona educada en ese mundo de la cultura de izquierdas, obrera, si quieres. Y que no ha encontrado un ambiente estimulante en Cehegín. Ni entre amigos/as reputados "socialistas", ni entre la familia también reputada "socialista". Me planteo, ¿Por qué no es posible una unión IU-PSOE? Porque pertenecemos a dos órdenes diferentes, por ahora. Primero, la "gente de IU" va más allá de las instituciones, y nos mueve más la creación de una conciencia (cultura si quieres) de lucha, un espacio de solidaridad, de crítica plural al capitalismo... que asegurar dos asientos en un pleno más bien impotente. Probablemente, IU es diversa, pero creo que hay acuerdo en que nuestra lucha va más allá de los escaños, aunque ellos al final nos afecten... Estamos acostumbrados a trabajar en aquello de los movimientos sociales, más que en los locales del partido (que poco a poco vamos teniendo que cerrar).
En segundo lugar, y a nivel estatal, el PSOE no está desarrollando una política radical, mientras sube impuestos indirectos, reduce las partidas en becas (I+D), aplica el proceso de Bolonia sin consenso, privatiza los servicios públicos, permite la deslocalización, mantiene una guerra de ocupación en Afganistán, ilegaliza partidos y encarcela por ideas políticas... abre la puerta a una reforma laboral (que ya hizo en 2005 por cierto)... 4 millones de parados, y un largo etc. Vease por ejemplo la última ley de economía sostenible que supuéstamente nos salvará de nuestras precarias vidas de jóvenes precarios.

Y volviendo al nivel local, conozco personalmente a esa nueva generación de jóvenes socialistas, amigos/as muchos de ellos/as, y estaré encantada de trabajar con ellos/as el día que vuelvan a las luchas sociales.

Mientras tanto, mientras no haya esa regeneración ideológica y estratégica dentro del PSOE, por mi parte, no habrá reconocimiento posible. Eso no quita, que a nivel de base, a nivel de determinados individuos, pueda haber un trabajo común... eso sí, en el campo de las luchas sociales. Ésta es mi propuesta.

Saludos

Patricia

lunes, 7 de diciembre de 2009

Crucifijos, San Esteban y Aminetu

La entrada que hoy os propongo, viene al caso tras darse una pequeña concatenación de domésticas circunstancias. Buscaba uno, entre mis archivos en papel, esas cartas que vengo publicando bajo el epígrafe de Tal día como hoy, y me he encontrado con un artículo publicado en El Noroeste, de enero de 2004 (firmado por Juan Fernández Montoya, militante socialista calasparreño, al que muchos conoceréis), cuyo título, El crucifijo en la escuela, es evidente que no pasa desapercibido. Creo que merece la pena su lectura. Pinchad en el siguiente enlace y lo tendréis:

http://docs.google.com/fileview?id=0BxIGiD4bTnVQNjJmNjhmNWMtODZhMy00ZWU3LWJjMWEtOTZmOTc2MmNjNzI3&hl=en

Pero, tras leerlo, y sentirme plenamente identificado con su opinión, se me han venido a la mente, por una extraña asociación de ideas, otros asuntos también en plena vigencia. Es verdad que éste, el de los crucifijos, no es el asunto que más preocupa estos días a una mayoría de ciudadanos, que, en definitiva, sería a quien habría de preocuparles. No obstante, me pregunto si el expolio que unos degenerados pretenden ejecutar en San Esteban es un asunto que preocupe a los ciudadanos de nuestra Región, la de Murcia, se entiende. El primero, el de los crucifijos, se ha convertido en un tema recurrente: empiezo a pensar que, al igual que los peperos gobernaron 8 años, sin tocar una coma de la ley del aborto, y con toda la hipocresía del mundo ahora se lanzan a la yugular de todo aquel que defienda una digna ley que regule los "indeseables" abortos, existen otras cuestiones a las que el PSOE hace oídos sordos para que permanezcan todo el tiempo del mundo como referentes jamás concretados, pero muy electoralistas si de buscar votos de izquierda se trata. El segundo asunto, a pesar de la pasividad absoluta de la ciudadania murciana, está siendo afrontado por un numeroso grupo ciudadano que se está movilizando contra esa barbarie cultural que los gobiernos regional y municipal, de Murcia, tratan de ejecutar con absoluta desvergüenza: (http://www.laverdad.es/murcia/20091207/region/vecinos-abrazan-esteban-defensa-20091207.html) .

Tras estos dos asuntos que, a una mayoría, les trae sin cuidado, me vuelvo a preguntar, ¿y, Aminetu Haidar, preocupará a algún vecino de esta Región?. No sé, soy incapaz de adivinarlo, aunque, si considero esas ocasiones en las que converso con ciudadanos "normales", de esos a los que apela Rajoy, como modélicos ciudadanos, cada vez que pretende alejar un asunto si no le interesa o, por si le salpica, trata de rehuirlo, te dan a entender que no, que les dejes en paz que ya tienen bastante con sus problemas ¿?. Con todo, volviendo a Aminetu, dicen que las asociaciones de amigos del pueblo saharaui son las más numerosas de toda España, y sin embargo no tenemos nada claro sobre quien recae la responsabilidad, no ya de Aminetu, sino de cómo afrontar el futuro de un pueblo al que se le niega su existencia. Este asunto, mucho más grave que el anterior, también se ha convertido en comodín de una izquierda, en este caso representada por el PSOE, que, incapaz de dar solución, a través de la diplomacia internacional a esa triste circunstancia, no es capaz de reconocer su incapacidad para resolverlo.

Por lo pronto, el país está de puente, con la mente puesta en las fiestas navideñas: qué cosas se me ocurren..., perdonad por mi atrevimiento.

Santos López Giménez

viernes, 4 de diciembre de 2009

Engendro de sociedad

Anoche sentí pánico frente al televisor. Nos dispusimos en casa para ver un partido de fútbol. No era un partido cualquiera, jugaba nuestro equipo, el Athletic, y cuando eso ocurre la ocasión tiene un carácter especial. Pero, hete aquí que al comenzar la segunda parte, y tras marcar el Athletic su segundo gol, con el consiguiente alegrón, de pronto, las imágenes que la televisión nos mandaba no eran precisamente un muestrario de escenas alegres, era una sucesión de escenas violentas, donde destacaba sobremanera el intento de un numeroso grupo de energúmenos dispuesto a saltar al campo a toda costa. Todo ello mientras los jugadores seguían sobre el campo y el balón en juego. De la alegría hemos pasado a vivir una pesadilla: qué, si no, puedes sentir cuando la imagen en directo que te llega hace presagiar una agresión de imprevisibles consecuencias a los chavales que corrían por el terreno de juego. La historia de esta aberración, en su conjunto, seguro, eso espero, os la contarán hoy en todos los medios. Lo realmente preocupante son las razones de que, en los últimos años, una ola de fascismo vuelva a recorrer Europa, y que lo haga bajo el paraguas del PP europeo, ese al que también pertenece “nuestro PP”, y, por supuesto, entre otros no tan famosos, el impresentable de Berlusconi. Pero no culpo por ello a este grupo político, a este grupo político lo apoyan millones de ciudadanos en toda Europa. Se congratulan, al menos en España, de haber aglutinado a la ultraderecha, porque así, ésta, es más civilizada, dicen ellos. La derecha europea está dando pávulo a asuntos que hace años estaban superados, y dando entrada a otros que nunca debieran constituir un motivo para la confrontación social, véase el referemdun suizo del pasado domingo contra los minaretes islámicos.
Precisamente hoy, he recibido una de estas presentaciones, los famosos pps, que nos llegan por correo electrónico, la mayoría empalagosos, y, en este caso, se trataba de una especie de fábula que hablaba de la diferencia entre cocer una rana a fuego lento, sin que apenas note los incrementos de temperatura, lo que irremisiblemente la conducirá a una muerte lenta, sin haberse enterado, frente a un polpe de calor que, a buen seguro, la haría reaccionar con inmediatez y, de una zancada, alejarse de todo peligro. La reflexión terminaba con el simil social de la aceptación de tantos y tantos granitos de arena reaccionarios que están provocando la aniquilación del sentido crítico de los ciudadanos.
No os pido comprensión hacia mi particular modo de interpretar la violencia vivida en un estadio de fútbol: ni tú, que me lees, y que te preguntarás cómo puedo ser tan retorcido; ni yo que escribo esta perorata, somos responsables directos de tales circunstancias, pero, ahí no tengo dudas, indirectos, ya lo creo que lo somos. Lo somos, cuando sugerimos a nuestros hijos que no vayan con determinados niños, según su raza; cuando despotricamos por asuntos relacionados con el sentimiento de pertenencia a una determinada región geográfica al que todo ser humano tiene derecho; cuando desde pequeños transmitimos a nuestros hijos la idea de que se ha de responder con violencia a la violencia; cuando decimos incoherentes barbaridades del tipo: “son ellos quienes han de integrarse”, “no se integran porque no quieren”, “son unos parásitos que vienen a quitarnos lo nuestro”, etc; cuando, en vez de estar vigilantes en el buen hacer de nuestro Sistema Educativo, mediante nuestra participación en los ámbitos correspondientes, sólo se nos ocurre querer rebajar las vacaciones a los docentes, además de culparles de todos los males que conlleva el fracaso escolar; y así, amigos, amigas, podríamos estar rellenando hojas y hojas, folio en blanco tras folio en blanco. El miedo que uno sintió anoche ante el televisor, más que por esos energúmenos, que también, fue un miedo al engendro de sociedad que venimos forjando.

Santos López Giménez