lunes, 31 de mayo de 2010

Israel, una lacra

Cuando las últimas andanadas de Israel, dejé colgado el vídeo que acompaña a esta entrada, bajo el epígrafe de "Israel debe ser juzgado por la Corte Penal Internacional". Ahí sigue, esperando que algún día ese deseo tenga algún sentido. Entre tanto, de entonces hasta ahora, el planeta ha seguido dando sus bandazos; la economía, o mejor, la imposición económica del capitalismo, la han adornado bajo el epíteto de "crisis", y los ciudadanos del mundo, tanto los que siempre estuvieron en crisis, una gran mayoría, como los que creen que se les hunde el mundo bajo sus pies, pero para los que esta circunstancia no será mas que un resfriado pasajero, unos y otros, hemos estado ocupados, embelesados, siguiendo los dictámenes del Gran Hermano, los ladrones de la Banca Mundial, sin que ningún otro aspecto "menor" pudiese mermar nuestra capacidad de embelesamiento.
El ataque terrorista de esta mañana, cuando un grupo de soldados israelitas han decidido que se aburrían, al igual que ocurriese recientemente cuando la afrenta contra la Humanidad tomó cuerpo apartando a Garzón de sus funciones, ha vuelto a escenificar el despertar de la sociedad civil, no obstante, mucho menos que hace unos días cuando se anunciaron congelaciones y rebajas en los sueldos del funcionariado español.
Podremos, y debemos, gritar todo lo alto que deseemos, podremos indignarnos todo lo intesamente que nuestras conciencias demanden, pero lo que no podemos, ni debemos, es creer que nuestros gritos y nuestra indignación moverán un ápice las actitudes de ese Gobierno Terrorista frente al resto de la Humanidad.
En lo personal, solemos aconsejar, y recibir consejos, cuando un problema humano nos acucia, en el sentido de que el primer gran paso para su resolución haya de pasar por la aceptación de la existencia del propio problema. Con este Gobierno Terrorista, en mi opinión, esa faceta, aún no ha sido resuelta. Las instancias internacionales están maniatadas, suelen mostrar su desacuerdo en las formas, si es que lo muestran, dejando vías de agua abiertas en el fondo. Desde los Movimientos Sociales, clamamos para que a Israel se le juzgue cada vez que comete uno de estos actos terroristas, con la candidez de quien cree que algo similar no volverá a ocurrir. Desgraciadamente, nos encontramos ante un Estado, el de Israel, que actúa como sólo los matones, los chulos de barrio, saben hacerlo. Desde que la Comunidad Internacional consintiese, y certificase, la declaración de ese Estado, sus cartas siempre han estado marcadas, nunca jugaron limpio ni tienen intención de hacerlo. De sobra es conocida su posición económica y militar frente a quienes, de existir una solución diplomática, podrían condicionar el futuro de esa lacra, en que se ha convertido el Estado Terrorista de Israel.

martes, 25 de mayo de 2010

De tales palos...

En ocasiones un mismo asunto te asalta día tras día, en un margen estrecho de tiempo, con diferentes protagonistas. El que hoy me preocupa, el que en menos de una semana ha dado pie a que tres historias diferentes, relacionadas con el mismo, hayan llegado a mis oídos, es de aquellos que sólo quienes lo sufren de primera mano serían capaces de manifestar todo el dolor que les provoca. Dolor acompañado de impotencia, de humillación diaria, de despropósito social generalizado: nadie se hace responsable, niños y niñas se miran unos a otros buscando fuera de si a los culpables; padres y madres huyen despavoridos, muchas veces de malos modos, de cualquier acusación que se vierta sobre sus retoños; maestros y maestras, profesoras y profesores, tratan de apaciguar cualquier atisbo de sombra de duda que caiga sobre sus Centros; las fuerzas de seguridad, en consonacia con todos los demás, minimizan el asunto cuando se acude a ellas en busca de respuestas e intervenciones; sólo desde el campo de la política parecería que se quisiese hacer algo, pero ya se sabe, de ahí surgen campañas de concienciación, declaraciones grandilocuentes..., al final, como quiera que son la más fiel representación de su ciudadanía, todo se difumina. Y nuevos días dan comienzo, y unos pocos niños y niñas, cuando amanece, tiemblan temerosos de volver a ese lugar maldito donde seguirán sufriendo las más miserables afrentas provenientes de sus iguales, de compañeros y compañeras, de otros niños y niñas, algunos de ellos no muy lejanos amigos, que han decidido que la vida de esas criaturas no merece la pena, que ya están ellos ahí para demostrarles el mucho desprecio que sienten. Y estos gallitos/as volverán a casa a comer y contarán sus hazañas, y sufrirán, si las sufren, leves regañinas; y si algún damnificado osa acudir a instancias pertinentes, no ellos, ni ellas, sus padres, sus abuelos, sólo hallarán incomprensión y mucho halo de tabú alrededor de su historia. Qué pocos casos salen a la luz, y cuántos escucha uno en su entorno. La cobardía es la más miserable seña de identidad del ser humano. No miréis para otro lado cuando alguien os hable de este asunto, no minimicéis la importancia de esta salvajada, exijamos máxima contundencia frente a este terrorismo que, junto a otras formas de acoso, de sobra conocidas, constituyen el más odioso terrorismo al que nos enfrentamos en el día a día.

Santos López Giménez

Pd: la siguiente dirección la he conocido después de hacer anoche esta entrada http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/




viernes, 14 de mayo de 2010

Triste día para España

Ante el anuncio de Zapatero, ¡vaya si muchos mueven el culo y se posicionan!, ¡joder, qué les van a tocar en el bolsillo!. Más de treinta años, y lo único que he venido escuchando, a derecha e izquierda, era aquello de la modélica transición, de no remover en la reciente Historia de España. Somos indignos de llamarnos españoles, somos indignos de considerarnos seres humanos que compartimos espacio y emociones con aquellos que llevan decenios esperando saber de sus familiares muertos y desaparecidos. Nuestros males, tienen nombre y apellidos, nuestros males no devienen de la nada, somos corderitos que aceptan a pies juntillas lo que los caciques de turno van marcando. Mirad, harto está uno de tanta desidia, qué queréis que os diga, bobalicones de tres al cuarto, que hemos repetido, sin idea del dolor que arrastran los familiares de las víctimas, aquello de que no había que despertar a las dos Españas. Mi apoyo incondicional seguirá estando, hasta el día de mi muerte, junto a todas esas personas que siguen sufriendo el mayor escarnio de la Historia de nuestro país. Mi aportación, pequeña o grande, será un hecho hasta que no quede una sola persona indefensa frente a este ridículo pueblo.

Santos López Giménez

miércoles, 12 de mayo de 2010

Un tiempo, un lugar (Una complicidad)

Las hicimos nuestras, las convertimos en nuestras más fieles aliadas. El paso del tiempo modela y perfila las almas; el paso del tiempo tiñe de negro la senda de la traición, frente a la policromada senda de la ilusión, que, de modo irreductible, impone su luz y nos impregna con su policromía. Las noches de mayo nos pertenecen, las nuestras son eternas: se nos presentaron en un tiempo y en un lugar determinados, las hicimos nuestras, las convertimos en nuestras más fieles aliadas.
Santos López Giménez