martes, 25 de mayo de 2010

De tales palos...

En ocasiones un mismo asunto te asalta día tras día, en un margen estrecho de tiempo, con diferentes protagonistas. El que hoy me preocupa, el que en menos de una semana ha dado pie a que tres historias diferentes, relacionadas con el mismo, hayan llegado a mis oídos, es de aquellos que sólo quienes lo sufren de primera mano serían capaces de manifestar todo el dolor que les provoca. Dolor acompañado de impotencia, de humillación diaria, de despropósito social generalizado: nadie se hace responsable, niños y niñas se miran unos a otros buscando fuera de si a los culpables; padres y madres huyen despavoridos, muchas veces de malos modos, de cualquier acusación que se vierta sobre sus retoños; maestros y maestras, profesoras y profesores, tratan de apaciguar cualquier atisbo de sombra de duda que caiga sobre sus Centros; las fuerzas de seguridad, en consonacia con todos los demás, minimizan el asunto cuando se acude a ellas en busca de respuestas e intervenciones; sólo desde el campo de la política parecería que se quisiese hacer algo, pero ya se sabe, de ahí surgen campañas de concienciación, declaraciones grandilocuentes..., al final, como quiera que son la más fiel representación de su ciudadanía, todo se difumina. Y nuevos días dan comienzo, y unos pocos niños y niñas, cuando amanece, tiemblan temerosos de volver a ese lugar maldito donde seguirán sufriendo las más miserables afrentas provenientes de sus iguales, de compañeros y compañeras, de otros niños y niñas, algunos de ellos no muy lejanos amigos, que han decidido que la vida de esas criaturas no merece la pena, que ya están ellos ahí para demostrarles el mucho desprecio que sienten. Y estos gallitos/as volverán a casa a comer y contarán sus hazañas, y sufrirán, si las sufren, leves regañinas; y si algún damnificado osa acudir a instancias pertinentes, no ellos, ni ellas, sus padres, sus abuelos, sólo hallarán incomprensión y mucho halo de tabú alrededor de su historia. Qué pocos casos salen a la luz, y cuántos escucha uno en su entorno. La cobardía es la más miserable seña de identidad del ser humano. No miréis para otro lado cuando alguien os hable de este asunto, no minimicéis la importancia de esta salvajada, exijamos máxima contundencia frente a este terrorismo que, junto a otras formas de acoso, de sobra conocidas, constituyen el más odioso terrorismo al que nos enfrentamos en el día a día.

Santos López Giménez

Pd: la siguiente dirección la he conocido después de hacer anoche esta entrada http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/




8 comentarios:

Vagabundo dijo...

Buenos días Santos. Acabo de descubrir tu blog, gracias a un mensaje de apoyo y unión a una situación indecente ocurrida y padecida por mi hija y familia.
Te agradezco tu apoyo y te felicito por este artículo, claro, concreto y con una diana u objetivo transparentes y certeros.

Reitero mi agradecimiento y felicidades por tu artículo, que si no te importa seguramente incluya en mi blog, si no tienes inconveniente, evidentemente

Manuel

Santos López dijo...

Manuel, sin dudarlo, toma el artículo. Un abrazo.

Santos

Ana dijo...

Me pregunto ¿en que estamos equivocándonos los padres? si no nos damos cuenta de que nuestros hijos son capaces de hacerle esto ha compañeros de clase o de escuela, y esta sociedad que en vez de reprobar al que actúa así, lo esconde como si no reconociéndolo no existiera, ese niño crecerá y será un adulto, que seguirá maltratando a sus iguales y lo que es peor seguro que a sus hijos y vuelta a empezar. Hay que sacar la cabeza de detrás del ala como el avestruz, si no toda esta sin razón nos estallara en la cara a todos más pronto que tarde, esto me trae al recuerdo una gran frase.

EDUQUEMOS A LOS NIÑOS Y NO SERÁ NECESARIO CASTIGAR A LOS HOMBRES. (Pitágoras).

Santos y Carmen en hora buena por tener un hijo tan comprometido con esta sociedad con lo joven que es.
David en hora buena y trasládasela a los demás actores de este video denuncia, a José Víctor, Juan Carlos, José Carlos, Guillermo y Juan.

Mucho animo a esos padres que luchan por los derechos de sus hijos y esta sociedad les da la espalda.

Ana.

Vagabundo dijo...

Cogido prestado y publicado el excelente artículo. Gracias Santos

Juan Luis G. dijo...

Hola Santos.

Estamos tomando un modo de vivir en el que evitamos en lo posible toda responsabilidad. El ir por la vida sin tener que responder de los propios actos parece el ideal a conseguir y es lo que estamos enseñando a los niños. Y así es imposible construir la convivencia.

Saludos

Anónimo dijo...

Santos dale la enhorabuena a David y sus amigos de mi parte.
Esto es algo que ha ocurrido, ocurre, y por desgracia ocurrirá; pero no por ello debemos quedarnos con los brazos cruzados.
Un saludo Ricardo.

Santos López dijo...

Esta entrada no tenía un destinatario único, tampoco ahora lo tiene, pero a Manuel y a su hija Silvia les ofrezco la entrada y mi corazón. Un abrazo enorme..., ¡a galopar!.

yoyoyo dijo...

Judi Online
Judi Bola
Slot Online
Idnplay