miércoles, 2 de febrero de 2011

Con todo respeto

Recibir respuestas a tus escritos, en mi opinión, es una de las más satisfactorias recompensas que esta actividad pueda reportarte. Uno que anda metido en eso que llaman el mundo bloguero, además, agradece, sobremanera, a quienes llevan a cabo dichas respuestas dando la cara y no ocultándose tras un anónimo. Satisfacción y agradecimiento que devienen de la gran posibilidad que las mencionadas respuestas ofrecen, de generar un torbellino de opiniones, alrededor de la originaria idea que invitó a ello.
El torbellino, del que pretendo hablar, comienza a tomar forma el pasado 6 de noviembre de 2010, cuando publiqué Reflexión en la víspera de una indeseable visita. A raíz de su publicación en El Noroeste, el 13 de noviembre, hallé, una semana después, un artículo, también en El Noroeste, que, desde el título, hacía clara alusión a lo que uno había escrito previamente. Del mencionado escrito, sólo dejaré esta reseña puesto que, aunque el autor me conoce bien, siempre hemos tenido un trato cordial y respetuoso, no hizo mención a mi autoría. Sin embargo, sí que hubo una persona, Francisco Soler, que se refirió a mi escrito en un artículo, también publicado en El Noroeste, que tituló El representante de la Iglesia Católica merece un respeto.
(http://www.focoaljucer.es/Testimonio_Francisco_Soler.html).
La espiral tomaba forma. Así, el pasado 27 de diciembre, publico en mi blog Impostor, escrito que aparece publicado en El Noroeste, el 8 de enero del presente 2011, bajo el título Impostor: Reig Plá. La primera réplica, a este nuevo escrito, la lleva a cabo Ramona Marín Marín, también en El Noroeste, el pasado 15 de enero, bajo el título Auténtico Reig Plá, (https://docs.google.com/View?id=dg4pm7jh_1354g8phr4fm). Ramona, es hermana de un amigo mío, y era maestra de mi colegio cuando cursé los tres últimos años de EGB. A Ramona guardo un enorme respeto. Cuando me refería a la espiral, lo hacía porque, Francisco Soler, en el último número de El Noroeste, el pasado 29 de enero, vuelve a publicar una nueva réplica ante mi segundo escrito, que tituló El Obispo Sr. Reig Plá no es ningún impostor (https://docs.google.com/document/pub?id=1MrkEtmPMCW2HfN85cgz74c8TxhoXHs84OCWeK5d392o). He de reconocer que este último artículo es el detonante que me conduce a realizar el escrito que ahora os presento. Ello no significa que, en las ocasiones anteriores, no hubiesen motivos para haberlo hecho: considero una obligación moral la de responder a situaciones como las que vengo relatando, por encima de todo, por el respeto que merecen las personas que se han tomado su tiempo en dar respuesta a tus palabras escritas.
Pormenorizar en mis reflexiones, me llevaría a una muy larga perorata, por tanto, permítaseme llevar a cabo unas breves reflexiones. Ante todo, vuelvo a reiterar, e insistir, sobre un concepto básico cuando se vive en sociedad, respeto. Sobre él se construyen las sociedades civilizadas. Uno respeta a las personas que le han aludido, respeta a las personas a las que uno aludió, aunque mi alusión a Ratzinger fuese indirecta, y, aunque respete la veneración que algunos seres humanos tengan sobre otros, en sí misma, no es una cuestión de orden superior ante la que todos hayamos de sucumbir sin rechistar, la veneración es algo muy personal que no vincula a nadie mas que al venerador. En ese sentido, sea quien fuere la persona que emita mensajes irracionales, que minan la arquitectura de base de una sociedad, más aún cuando esas personas son conscientes de su ascendencia sobre buena parte de la misma, siempre me tendrán enfrente repudiando y criticando los mensajes envenenados que emitieren.
Aunque se ha producido un parón formal, de corte administrativo y burocrático, en la concreción, de una vez por todas, del laicismo en nuestra sociedad: la española, su impregnación social se está llevando a cabo de un modo natural, cívico, alejado completamente del dantesco escenario que Ratzinger enunció en su viaje a España. Por otra parte, respecto de las declaraciones de Reig Plá, de existir estadísticas sobre violencia de género, en las que se contemplen creencias y/o ideologías, por significar dos absurdos parámetros para esa horrenda circunstancia, rogaría, a quien disponga de ellas, me las haga llegar. Hablamos de una circunstancia en la cual ser humano y sociedad van de la mano, es en ambos conceptos donde habremos de buscar soluciones, internándonos en la psicología humana y social, cualquier otro atajo, del tipo expuesto, son ganas de hurgar en la sensibilidad humana.
Me he dejado para el final el asunto que más me indignó cuando leí tanto a Ramona como a Francisco Soler, ambos inciden, con contumaz empeño, en la afirmación de que uno insulta con su escrito a Reig Plá: desde este espacio invito a los dos a que, si lo desean, hagamos un repaso a todos los términos que citan y comprobemos, diccionario en mano, si alguno de ellos obedece más a un insulto que a un concepto concreto.
En cualquier caso, Señor Francisco Soler, seguiré erre que erre, como usted dice, porque, entre otras cosas, uno desearía mayor presencia en estos asuntos de las, supuestas, muchas personas, que dicen estar por y para una sociedad laica pero que siguen anclados en esas cómodas poltronas que los sostienen sin mover un dedo en tan necesaria dirección. El miedo escénico e ideológico que la Iglesia Católica ha implantado a lo largo de la historia, en nuestro país, tiene plena vigencia en nuestra comarca.
Con todos mis respetos, atentamente

Santos López Giménez

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